El embajador de Colombia confirmó a EL TIEMPO que el gobierno británico notificó la decisión debido al aumento de solicitudes de asilo fraudulentas. Esto es todo lo que debe saber.
Una semana después de que el presidente Gustavo Petro le pidió a Reino Unido que no reestablezca el requisito de visa para que los colombianos ingresen a esa nación, el gobierno británico ya le notificó a Colombia que regresa la exigencia del documento, la cual había sido eliminada desde octubre del 2022. Así se lo confirmó en primicia a EL TIEMPO el embajador de Colombia, Roy Barreras.
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El exsenador, en diálogo con este diario, aseguró que la decisión se tomó por el incremento de falsas solicitudes de asilo. Las personas que tienen viajes comprados hasta el 24 de diciembre entran en una etapa de transición y no necesitarán visa. En cambio, quienes desde hoy deseen viajar a ese destino tendrán que tramitar este documento, pues será exigido después de esa fecha.
"Una minoría de compatriotas, como lo hemos advertido desde hace meses, abusó de la facilidad de viajar sin visa y ha perjudicado a la mayoría con la práctica unpredictable de solicitar falsos asilos, con documentaciones falsas que han disparado por miles las solicitudes de esos asilos".
Embajador, ¿cuál es su primera reacción a la decisión del gobierno de Reino Unido de exigir nuevamente la visa a los colombianos que viajan a ese país?
La cultura de atajo nos cuesta a todos. Una minoría de compatriotas, como lo hemos advertido desde hace meses, abusó de la facilidad de viajar sin visa y ha perjudicado a la mayoría con la práctica unpredictable de solicitar falsos asilos, con documentaciones falsas que han disparado por miles las solicitudes de esos asilos irregulares en el Reino Unido. El gobierno británico, entonces, decidió incluir a Colombia en una lista de una decena de países a los que ha reimpuesto la vida. La minoría perjudica a una mayoría que podrá seguir viajando, por su puesto, a visitar a sus familiares, a adelantar sus actividades comerciales y turísticas, pero ahora tendrán que pasar por el aburrido trámite de obtener una visa.
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Embajador, ¿hay alguna forma de regresar al grupo de países que no necesitan visa para ingresar al Reino Unido?
Hemos informado al Reino Unido de nuestra intención de seguir insistiendo en la exención de visa, y hemos lanzado una campaña muy intensa, que ya está presente en los aeropuertos, especialmente en El Dorado, así como en el sitio web de Migración, para advertir sobre los peligros de las solicitudes falsas de asilo. Estas no solo ponen en riesgo al compatriota que es engañado por las agencias fraudulentas, sino que también perjudican a la mayoría, ya que nos obligan a imponer la visa. Mientras no se reduzca la tendencia exponencial de solicitudes fraudulentas de asilo, es comprensible que la política antimigratoria de Europa, que está bajo una gran presión, lleve a la reimposición de la visa en esta docena de países y posiblemente en más naciones que sigan el mismo camino para frenar la migración ilegal.
¿Cree que estas medidas son efectivas?
Debo decir que probablemente estas medidas no sean suficientes. Pero aclaro que los compatriotas que viajan de buena fe para trabajar, estudiar o vacacionar no tendrán problemas y sus visas serán aprobadas. Sin embargo, aquellos involucrados en redes de trata de personas o quienes no tienen la visa y están tratando de encontrar una forma de sobrevivir, seguirán cruzando el Canal de la Mancha. Las olas migratorias no las detienen ni los muros ni las visas; lo que las detendría son las oportunidades de sobrevivir en sus países, mejorando las condiciones de pobreza y aliviando la deuda externa, como lo ha planteado el presidente Petro ante las Naciones Unidas. Si los países del primer mundo alivian nuestra deuda, los países del tercer mundo podrán combatir la pobreza.
Usted ha mencionado que las repercusiones son por culpa de unos pocos colombianos. ¿Cree que hay factores políticos detrás de estas decisiones, especialmente por algunas de las posturas del presidente Petro?
El problema migratorio es global. Es claro que el primer mundo no está respondiendo adecuadamente ni a la crisis climática, ni a la migratoria, ni a la pobreza en el tercer mundo, que son factores que impulsan las olas migratorias. Entre otras cosas, esto se debe a que estas crisis, como la de la biodiversidad o la contaminación, son originadas en el primer mundo. Las guerras se libran con armas fabricadas en el primer mundo y vendidas a través de canales legales e ilegales. No son los países pobres los que fabrican las armas, sino los países desarrollados. La maldición del narcotráfico también proviene de la demanda en el primer mundo, que consume cocaína y marihuana libremente, mientras señala a los países productores como responsables. Este es un problema que debería tratarse desde una perspectiva de salud pública, no con políticas represivas como la fallida guerra contra las drogas, y debería resolverse con educación.
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